El 8 de Noviembre de 1942, 600 buques desembarcaron a 70.000 soldados anglo-americanos en Safi, Casablanca, Oran y Argel.
El 11 de Noviembre, los aliados se dirigían a toda prisa a Túnez. La campaña de Túnez comenzó el 17 de noviembre de 1942.

El Cuartel General aliado al mando del General Fredendall, había hecho llegar las ordenes al Capitán Gary MacQueen, y estas eran claras, reconocimiento del sector, localización y eliminación de cualquier resistencia con la que se encontrasen. La idea era despejar el área al resto del ejercito americano, por lo que estaba siendo un duro y monótono recorrido por parte de la cordillera del Atlas, en su camino hacia Túnez. Las aún inexpertas tropas americanas, actuaban con la osadía del que cree que unos buenos carros, unos rifles bien engrasados y unos uniformes inmaculados, iban a bastar para expulsar hacia el mar a todo un ejercito italiano y alemán, sobretodo a este último, con unas unidades duras, correosas, entrenadas y veteranas. Conocedores del terreno con tropas de elite y experimentadas, tras años de lucha contra los británicos, en esas tierras de miseria y calor. Carentes ya en este periodo de el suficiente equipo, munición, alimentos, agua, medicinas y sobre todo descanso. Las tropas alemanas llevaban años aprendiendo sobre la marcha y a fuerza de palos, las técnicas de supervivencia y combate en ese territorio hostil.

Los alemanes ,como ahora les pasaba a los americanos, llegaron a estas tierras sin llevar incluso un uniforme adecuado.
Cuando los vigías divisaron las columnas mecanizadas americanas acercándose a sus posiciones, sabían exactamente como los iban a recibir. No podían enfrentarse directamente a los carros blindados aliados, eran solo una compañía de Fallschirmjager compuesta por un HQ con un püppchen,dos pelotones de Fallschirmjager,dos escuadras de HMG, una unidad de morteros, dos 7´5 cm LG 40, un peloton de Pioneer fallschirmjager y el apoyo de un BF 109E , desplazada a aquella zona para recuperarse y reabastecerse. Lejos estaba el apoyo de sus unidades blindadas y de su líder el Mariscal Rommel.
El Comandante Hans Müller supervisó personalmente las posiciones defensivas. Calculando cual sería los objetivos de aquella columna de blindados y vehículos de apoyo que se acercaba, hace unos días había caído cerca allí, en un palmeral, un avión ingles, el piloto había fallecido y entre sus pertenencias no encontraron nada de interés.
El desvío hacia los pueblos costeros podía ser mas apetitoso, sin embargo, no arriesgo y posicionó pelotones en ambos objetivos y a lo largo de la falda de la meseta.
El pueblo estaba casi abandonado y todos los caminos eran difíciles salvo las carreteras que llevaban a la cima de aquella meseta. Dos pelotones de ametralladoras defenderían los flancos, poco contra aquellos carros, pero intentarían retrasar lo justo para que los hombres fuesen eliminando las unidades enemigas a medida que se aproximasen.
El Capitán MacQueen llevaba a sus ordenes dos Sherman de mando, dos pelotones de combates de tres Sherman cada uno , un pelotón de tres M3 Stuart, un pelotón de ingenieros con dos escuadras de combate, dos HMG y el apoyo de un bazooka, aparte les acompañaba una batería de cuatro Howitzer 105 Mm.
Gary MacQueen ordenó a su segundo, el Lt. Ausly Yarini, un italo-americano amante de la pasta y las broncas, que rodeara la meseta por su lado derecho, tomando posiciones y intentando localizar el desvío hacia la costa. El pelotón de ingenieros quedaría a la espera , resguardados de posibles ataques, cerca de un palmeral, que resulto tener un pozo de agua potable. La batería, mas hacia la izquierda, protegería el avance de los carros por la meseta.
MacQueen entraría por la carretera del centro de la meseta, era una maniobra sencilla, repetida muchas veces en los entrenamientos , en los terrenos cerca de los acuartelamientos, allá en su país.
El Lt. Yarini con mas experiencia en maniobras que su superior mas inmediato, acató las ordenes y mandó a los tanques bajo su liderazgo a bordear la meseta. Tuvo que agachar la cabeza y introducirse rápidamente, cuando las primeras balas pasaron silbando a pocos centímetros de él .
Dios, hasta ese día, todo parecía un desfile militar, aun no habían disparado un solo tiro ,bueno, durante las practicas si, pero eran dianas inmóviles y estas no respondían cuando se les disparaba. Llevaban pocos días en África y no habían encontrado resistencia alguna.
Cargaron contra las posiciones desde donde venían los disparos. Bien, en teoría sabían lo que había que hacer, pero en la práctica …
No reconoció el uniforme del enemigo, si sabía que italianos no eran y tenía toda la pinta de ser alemanes, pero aún no los encasillaban en una unidad determinada.
Los proyectiles rebotaban en el chasis de sus carros, por fortuna, pensó el teniente, pero sabía que no iba a ser así siempre. Lanzo los tanques contra los alemanes, a los que no les quedo más remedio que retroceder dejando tras de si varios de sus compañeros de armas. Había que seguir ,se repetía el Lt. Yarini, las ordenes eran limpiar la zona de cualquier impedimento a la marcha del resto del ejercito americano.
El Comandante Hans Müller bajo los prismáticos cuando el primer encontronazo contra sus hombres dio al enemigo el primer punto. No les iba a ser tan fácil conseguir a los americanos los siguientes puntos.
El Capitán MacQueen oyó los disparos y se preparó para su bautismo de fuego, cerró la escotilla y dispuso a su unidad a la defensiva, no sabía por donde le iban a atacar. No tardó mucho en descubrirlo, de entre dos pequeños montículos, varias armas hicieron fuego y él ordenó a sus hombres que lo devolvieran con todo lo que tuvieran.
Descendiente como era de una conocida familia de sastres en Dakota, los uniformes en la academia le había llamado mucha atención, sobretodo los de los alemanes y estos que tenía enfrente eran Fallschirmjager, paracaidistas ,un cuerpo de elite, esto no iba a ser como una parada militar.
La unidad de HMG de los paracaidistas alemanes, consiguió atrincherarse en varias de las casas de su flanco, desde allí, y si la fortuna les acompañaba, intentarían la aproximación al borde de la meseta y castigar desde lo alto a la batería de cañones, antes de que pudiesen influir en el resultado de la contienda.
El Lt. Ausly Yarini vio enseguida que para llegar a el punto marcado como objetivo debería pasar por su Vía Cruxis particular, por delante tenia un numeroso grupo de tropas alemanas, que no le iban a facilitar su avance.
El apoyo aereo no había logrado hasta ese momento hacer nada, las antiaereas aliadas habian logrado hacer huir, varias veces a las aviones, hasta que centraron su punto de mira en los camiones donde viajaban los ingenieros aliados, sus ocupantes salieron a tiempo para ver como alcanzaban y ardía uno de ellos, tras recibir un impacto directo.

El Capitán MacQueen desde lo alto de la meseta se vio en la encrucijada de tomar su primera decisión importante , o atacar a las ametralladoras que podían amenazar su flanco izquierdo, aniquilando la batería de cañones , o por lo contrario, acabar con el pelotón de infantería que le disparaba desde el frente. Su bisoñez le hizo tomar la segunda opción ,grave error, los hombres que tenia delante era una unidad de ingenieros y lo descubrió cuando el carro blindado que le precedía recibió toda la descarga del lanzallamas que portaban.
Comenzó un intercambio de disparos entre la unidad de Yarini y la del Comandante Müller, esta última fue menguando a medida que perdía efectivos, pero ganaba tiempo y el Teniente no conseguía tomar la posición.
Por otro lado, MacQueen intentaba sin éxito acabar con los ingenieros, pero sabían aprovechar todos los recodos, rocas, muros y hasta un camión que habían confiscado a los británicos. Y todo ese tiempo perdido contra ellos daba a las HMG la oportunidad de acercarse a su objetivo, eliminando la batería, que ya habían sufrido una baja al conseguir la aviacion alemana impactar en uno de los cañones y que no le quedó mas remedio que huir. Las dotaciones de las ametralladoras pesadas bajaron la meseta y se aproximaban al punto que debían proteger los americanos.
El Capitán Gary MacQueen desde lo alto de la meseta, vio esa aproximación y ordeno a los tanques que aun combatían que se retiraran de ese combate contra los ingenieros alemanes y en la que no tenían todas las de ganar. Debían ponerse cerca y disparar a las HMG alemanas, pero sospechaba que ya era tarde.
Un puñado de hombres pertenecientes a un minúsculo grupo de elite de las fuerzas alemanas, les acababan de dar una dolorosa patada en el culo y lo mejor era retirarse y esperar que la próxima vez ellos llevaran las de ganar.
Partida jugada a 1560 puntos , aproximadamente, con los fallschirmjager Sosorosky y con la compañía de tanques americanos Malasuerte y Mortap.






