Observaba con atención, entre sorbos de café, allá en el horizonte, los siguientes objetivos a los que tendría que aproximarse posiblemente hoy. A su izquierda, los restos de Crusader del Comandante Gatehouse, que tras averiarse tras recibir un certero impacto, había tenido que abandonarlo y salir a escape para no ser capturado, dejando en el interior del blindado planos y ordenes referentes a los primeros despliegues que Monty había preparado para la contraofensiva que en unos días iba a comenzar. Era de vital importancia hacerse con esa carpeta de documentos, como también era vital alcanzar su otro objetivo, situado a varios kilómetros a su derecha y que no era otro que el cruce de caminos que, atravesando el poblado de Al-Ras-Utin, llevaba directamente a la Vía Balbina, eje primordial del flujo de abastecimiento de todos los contendientes.
Contaba para aquella misión con tres pelotones de infantería completos, un pelotón de cuatro HMG, un pelotón de seis morteros, tres Carrier de reconocimiento, dos contracarros de seis pulgadas, tres Matildas II, dos Valentines III y un Valentine VIII. A pocos metros de el ,a la sombra de una palmera, tomando te en una de las ultimas tazas de porcelana, estaba su nuevo subalterno, el Capitán MacTapia, llegado de la Metrópoli, recién graduado de la Academia Militar, de origen escocés, que en las pocas semanas que llevaban juntos, lo había visto cometer algunos de los típicos errores de novato, pero afortunadamente, había ido perdiendo parte de ese flema británica y ya aceptaba de buen grado, los consejos de su Sargento Mayor, hombre de gran valía y muy veterano, como casi la gran mayoría de la tropa.
En esas estaba el Comandante Yarovit, a la espera de las ordenes del Alto Mando, para atravesar aquellos pocos kilómetros de ardiente arena, sin saber que a menos de unos pocos kilómetros de allí, dos mandos alemanes, compartían unos tragos de agua de la misma cantimplora, agua tibia y con regusto a diesel.
El Coronel Hansen Von Grettel y el Comandante Müller y sus tropas, llevaban horas de marcha para alcanzar y defender lo que iba a ser la cabeza de puente, desde donde seguir la ofensiva, primero estaba las vías del tren, para cortar las líneas de abastecimientos terrestre aliado y por otro lado, recuperar el remolque de uno de los flak 88, que en un descuido había quedado atrás en una operación fallida anterior.
Sabían que la operación era importante, pues le habían asignado tropas y medios de alta calidad, tenían tres pelotones de infantería motorizada completa, tres Panzer III, dos Stug D, dos Flak 88 y dos Pak 38.
A medida que se habían aproximado al poblado de Al-Ras-Utin vieron los restos de un blindado británico, un Crusader, y por su numeración debía de ser de un Mando y no estaría de mas acercarse y echarle un vistazo a su interior con suerte al menos encontrarían una lata con agua.
Siguieron avanzando sin contratiempos hasta las primeras posiciones para tomar el ultimo impulso hacia la hipotética cabeza de puente, un pelotón tomo el pueblo de Al-Ras-Utin, los Flak comenzaron a desplegarse para apoyar a la tropa en un supuesto combate, si en las vías encontraban resistencia, aunque la visión era amplia, unos cerros podrían perjudicar su ángulo de tiro, los Stug D y los Panzer III, junto con dos pelotones de infantería y los dos pak 38 se estaban desplazándose mas hacia la derecha, para que en su avance pasaran a corta distancia del tanque ingles abandonado.
Con cierta sorpresa por la falta de actividad enemiga, los alemanes estaban viendo lo que en la distancia parecía un tanque de agua, los resecos labios de algunos hombres comenzaron una mueca ante la esperanza de ser remojados.
El Comandante Yarovit vio la nube de polvo que se aproximaba y supo que no era una tormenta, alerto a su tropa que empezó a prepararse tomando posiciones defensiva, toda, no...El capitán MacTapia había ordenado a los tanques y a un pelotón que avanzara, para intentar flaquear aquella en un principio nube parda.
-¡¡Por todos los santos, hacia donde iba ese loco escocés!! Y, ¿donde esta su Niñera?
El Capitán MacTapia fue aproximándose al enemigo, iba a pié, junto a sus veteranos hombres. Se detuvo unos segundos para otear el horizonte cos sus prismáticos. A su derecha vio, lo que le pareció la silueta achatada de unos Stug, mas lejos, creyó ver unos antiaéreos, estos descubrimientos habría que comunicárselo a sus blindados, esos "88" estaban haciendo estragos en los tanques británicos en su adaptación como contracarros.
El capitán llamo a su vera al operador de radio y en unos segundos los carros se alejaban de la distancia de tiro de las armas alemanas. Los movimientos en las líneas británicas no pasaron desapercibidas por el bando alemán.
"Bad Luck" Yarovit, tras unos primeros instantes en los que hubiera descargado el tambor de su revolver reglamentario sobre la cabeza de aquel impetuoso escocés, entendió que la estrategia del escocés no estaba mal encaminada. Aun no había recibido las ordenes de avanzar por parte del Alto Mando, no le preocupaba mucho, él no era el mejor ejemplo a seguir en cuestiones de cumplir ordenes, pues solía interpretarlas según su propia conveniencia, si bien, la toma del camino hacia la Vía Balbina era primordial, esta podía esperar, en cambio, recoger los mapas de Monty del Crusader de Gatehouse era urgente.
Mando a los pelotones de infantería y los morteros que se atrincheraran, de esa manera podían recibir al enemigo desde una posición mas ventajosa. Los infanteros lo lograron, pero los morteros no, por lo que las primeras bajas la sufrieron sus dotaciones causadas por las descargas de los Flak 88.
Las primeras bajas del lado alemán se produjeron entre la infantería motorizada que el Coronel Hansen Von Grettel tenia a sus ordenes. Mando atrincherase a los demás, ocultando los Panzer III tras una loma y mandando a los Stug como la punta de lanza hacia el centro de las líneas enemigas con el propósito de romper sus defensas y allanar el camino para los infanteros alemanes.
Las dotaciones de los morteros consiguieron reponerse rápidamente del golpe recibido y lanzar su lluvia de metralla sobre uno de los "88" aniquilándolo.
Los tanques del Capitán MacTapia, desde el flanco izquierdo, comenzaron una horrible danza mortal con los Panzer III del Coronel Hansen Von Grettel y durante un periodo de tiempo, que a todos los tripulantes de los blindados de sendos bandos les pareció eterno ,la música atronadoras sonó sobre la ardiente arena del desierto dejando tras de si, las macabras huellas en forma de dos Panzer III y un Valantine II ardiendo, mas un pesado Matilda averiado y alejado del resto de su unidad.
Los dos Stug D, como cuchillos calientes en mantequilla, entraron en las defensas británicas, por la zona protegida por el pelotón de morteros, que luchando como jabatos, se vieron obligados, como era por otro lado de esperar ante la carga de aquellas moles de toneladas de acero, a retirarse, no sin antes dejar averiado, por fortuna, uno de los Stug. Y lo que había sido una sorpresiva y brillante maniobra alemana , a poco que los dos Stug hubiesen aguantado la carga de la infantería, y que hubieran hecho un daño irreparable, destrozando todas las defensas inglesas .Pero, lo cierto era que estos hombres, curtidos en batallas, esta infantería británica, con bombas preparadas por ellos mismos, se lanzaron sobre los tanques enemigos como perros a la caza del zorro, acabando con la vida de los tanquistas alemanes, claro que ellos también tuvieron bajas en sus filas en este choque a sangre y muerte, cuando unas de las bombas artesanales estallo antes de tiempo, acabando con la vida de todos los hombres que se encontraban en su radio de acción.
Mientras, los Carrier, aprovecharon el hueco en las defensas alemanas, abierta por la falta de uno de los Flak, logrando acercarse a corta distancia del segundo, ametrallándolo y acabando con su dotación.
La noche fue cayendo sobre el desierto, ambos bandos, casi a oscuras, decidieron retirarse a sus posiciones iniciales, a lamerse las heridas. Ese día habían luchado y muerto muchos hombres, y muchas familias llorarían a miles de kilómetros por su perdida, aunque los que portaban las cruces gamadas habían llevado ese día las de perder.
Cuando el Capitán MacTapia entro en el edificio que hacia de Cuartel General, el Comandante Yarovit le esperaba, su mano derecha descansaba sobre el revolver reglamentario, dentro de su cartuchera, se aproximo al escocés y le entrego un vaso con ginebra y tónica, dándole después una fuerte palmada en la espalda, que levanto una nube de polvo, el Capitán se bebió de un sorbo su bebida, ese día se la había ganado con creces.
Por cierto,tiron de orejas al britanico,que parece que lleva un ejercito de fantasmas del Señor de los Anillos y no de ingleses,pinta,pinta!! 
que esta muy liado,ya casi tiene pintado todo el ejercito, ademas se esta pegando unos palizones con Sosorosky haciendo la escenografia 
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