Tras el parón del verano, ¡seguimos con la historia!
Capítulo 26. La rendición5 de julio de 1941
Dimiten en bloque 9 miembros del Sóviet Supremo de Madrid. La crisis ministerial desgarra al Partido Único mientras Von Kluge afianza las posiciones germanas en el distrito centro de Madrid.
Esa noche, escoltado por un grupo de Guardias Presidenciales, Monasterios abandona la ciudad y sube a lo alto del Cerro Garabitas, en la Casa de Campo. Allí le espera Juan de la Cierva a los mandos de un autogiro. El ilustre ingeniero, antiguo partidario de Franco, se ha reconvertido. En 1939 había viajado al Himalaya con una expedición alemana en búsqueda de reliquias ocultistas, pero al estallar la guerra se había visto obligado a huir a Tíbet con Heinrich Harrer. Tras conocer la vida tradicional de Tíbet, se había reconvertido. Había alcanzado el nirvana, la paz interior y se había dado cuenta de que el ansia de lo material no le llevaba a nada. No obstante, mientras que Harrer había decidido permanecer en Tíbet, De la Cierva volvió a India a finales de 1940, haciendo uso de la neutralidad española.
Su escala en Persia coincidió con el viaje de Iñaki Tejón a la URSS de finales de Febrero de 1941. En Teherán mantuvieron una breve reunión en la cual De la Cierva le mostró al Ministro de Defensa su revelación espiritual. Acordaron mantener una nueva reunión en Madrid para acordar cómo ayudaría De la Cierva a la reconversión espiritual de las masas. De la Cierva se estableció en Sevilla con el fin de intentar abrir una fábrica de autogiros para el ejército, pero el estallido de la guerra el 18 de mayo lo impidió.
Monasterios se ajusta sus gafas de aviador y De la Cierva, aprovechando que es una noche clara y sin nubes, despega e inicia un vuelo rasante, sobre los edificios y las copas de las encinas del oeste de Madrid, hacia Extremadura.
8 de julio de 1941
El rumor de que el Presidente ha abandonado la capital corre por el Estado Mayor. La noticia se filtra a la prensa, y a mediodía Radio Popular de España lo anuncia en su boletín de noticias. Es una filtración interesada por parte de aquellos que quieren firmar la paz. Los defensores de Madrid, desmoralizados, comienzan a rendirse por millares.
Sin embargo la noticia por la que todos saben que el barco se hunde es cuando se filtra que el tesorero del Partido Único se ha fugado a Suiza.
10 de julio de 1941
Desde Mallorca, Franco promulga 19 nuevas leyes para la restitución de la grandeza de España.
En numerosas ciudades de Castilla la Vieja y Galicia, todavía bajo control gubernamental, comienzan a producirse motines contra el gobierno. Los partidarios de la rendición toman León, Palencia, Salamanca, todas las capitales gallegas y Cádiz.
Rommel y Graziani se encuentran en Écija. Los acompaña Moscardó, que permanece en un prudente segundo plano limitándose a lanzar mensajes por radio animando a la rendición.
El Presidente Monasterios, desde Badajoz, insta a seguir con la lucha. Pero su gobierno le desobecede. Ninguno de sus pocos ministros ha tratado de viajar a la ciudad extremeña. El encargado de la defensa de Madrid, el General Pérez, rinde la ciudad.
12 de julio de 1941
Rommel está a las puertas de Sevilla. En el interior vuelven a producirse enfrentamientos entre facciones, como durante la Guerra Civil. Rommel decide esperar los acontecimientos.
Mientras se resuelven los sucesos de Sevilla, Rommel se isntala en el "Cortijo Las Mieles", a las afueras de la ciudad.
Mientras tanto en Badajoz una bomba explota en el ayuntamiento, donde Monasterios ha instalado la Presidencia de Gobierno. Mientras los bomberos y los militares fieles rescatan a las víctimas, una turba enfurecida con el desenlace de la guerra comienza a apedrearles. Los militares abren fuego contra los civiles. Mueren varias decenas y se resquebraja lo poco que queda del gobierno. Monasterios es rescatado con vida y milagrosamente sólo sufre algunos hematomas y quemaduras de escasa consideración.
Los generales Pablo Elchiquite y Luis Triste, hasta ahora partidarios de Monasterios, ordenan su arresto.
La noche es movida en Badajoz. La Guardia Presidencial se bate en retirada mientras los elementos subversivos se enfrentan a ellos. La noche queda iluminada por el fuego de fusilería, ametralladoras y explosiones de granadas. Antes de que amanezca el día siguiente, Monasterios, acompañado por De la Cierva y su Guardia Presidencial, cruzan la frontera portuguesa.
15 de julio de 1941
La radio portuguesa informa del arresto e internamiento en prisión del Presidente de España.
Las operaciones militares se paralizan mientras las rendiciones masivas se suceden.
Von Kluge trata de encontrar a alguien del gobierno con quien firmar la paz, pero todos están huidos.
Morteros Fallschirjmägers tomando posiciones en algún lugar a las afueras de Móstoles
18 de julio de 1941.
Tras tres días de búsqueda infructuosa, no aparece nadie del gobierno con quien firmar la rendición. Desde el día 15 no se ha producido ningún combate. Finalmente localizan al bedel del Palacio Presidencial, a quien convencen de que firme. Con su firma estampada, la guerra en España se da por terminada.
Guardias de asalto siendo tomados prisionerosFranco radia el Discurso por la Victoria. Aquellos que están al otro lado del transistor, escuchan con asombro como parece que él mismo ha sido quien ha conquistado España. “En el quinto aniversario del inicio del inicio de la Cruzada de España, y tras haber derrotado y desarmado al Ejército Rojo, el Generalísimo de España os anuncia que he ganado la guerra para gloria de nuestro pueblo”.
El general Moscardó escucha, sin inmutarse, el discurso de Franco mientras limpia su arma reglamentaria. Tras desmontar y volver a montar la pistola, introduce una única bala en el cargador. La misma bala que le acompaña a todos lados desde hace tres años. En ella, grabado con un buril, se puede leer: “Franco”.